El té de las cinco se sirve puntualmente acompañado de pastelitos de diseño en el Hotel Savoy de Londres. Un grupo de mujeres de mediana edad y con acento posh, hacen tintinear las cucharas después de remover su té servido en tazas de porcelana fina de dónde sobre sale una etiqueta que pone made in Ceilan.
Si tiramos de esa etiqueta y recorremos unos cuantos kilómetros llegamos a la isla que hasta 1972 llamaban Ceilan y que, en la actualidad, es Sri Lanka, cuarta productora mundial de té.
Si echamos la vista atrás, veremos que en la historia de su país, antes se cultivaba café y que éste era el negocio principal de la isla hasta que una serie de plagas diezmaron las plantaciones.
Foto de Angels Daura
En la segunda mitad del S. XIX, Thomas Lipton, compró por cuatro duros media docena de plantas de café e introdujo el té en la isla como cultivo comercial. A finales de la década de 1880, casi todas las plantaciones de café, habían sido sustituidas por el té.
En Sri Lanka son tres las principales regiones en que crece el té. Están los tés de baja altura, que crecen en áreas de hasta 600 metros sobre el nivel del mar; los tés de media altura, que crecen entre los 600 y los 1.200 metros sobre el nivel marítimo; y los tés de altura, que crecen en áreas por sobre los 1.200 metros.
En la zona de Nuwara Eliya, a 2000 metros de altitud, el clima con su humedad, bajas temperaturas, vientos y lluvias favorece la producción de té de alta calidad.
Las mujeres tamiles son las que con sus manos menudas y rugosas, se encargan de recolectar las hojas de las plantas de té. Sólo seleccionan los brotes más tiernos y, una vez lleno, se cargan el capazo a la espalda. En la fábrica empieza el proceso de elaboración de la infusión mediante el secado, el prensado y la fermentación natural. Todo ello, se realiza metódicamente para obtener los mejores blends de diferentes calidades y que se adaptan perfectamente a los paladares de cada mercado al que exportan.
En Sri Lanka se produce mayormente té negro, aunque existen algunas plantaciones de té verde o blanco. El nombre de “té de Ceilán” o “té de Sri Lanka” sigue siendo considerado como un signo de calidad y cuenta con prestigio en todo el mundo.
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